Cierto día, por medio de uno de los tan comunes grupos de redes sociales, saltó el tema de la política. Esto porque estaba en el ambiente el tema de la elección presidencial de los Estados Unidos y obviamente se hizo noticia mundial; entre comentarios de críticas hacia uno y apoyo hacia el otro y viceversa hice un comentario que resultó ser muy hiriente y visceral para algunos, pero cierto para otros, el comentario fue el siguiente: “Yo si estoy de acuerdo con las políticas de ese candidato, que se orienta a que los que no desean superarse o deciden mantenerse sumergidos en la ignorancia para ser mantenidos por el estado sin aportar a la sociedad o a la economía de la sociedad, no deberían existir, la pobreza es un estado mental y no físico y las mismas capacidades que tiene la gente exitosa las tiene la gente mediocre, con la diferencia que la gente exitosa decidió esforzarse para desarrollar esas capacidades y generar oportunidades, mientras que los mediocres decidieron sentarse a esperar dádivas para sobrevivir porque se excusan en que por su condición no tenían oportunidades”. No sé si ellos leyeron completo el comentario, y tampoco sé si tú que estas leyendo también pudiste digerir todo lo que quise decir en ese texto, o solo te queda grabado en la mente la parte en la que yo, cual verdugo, deseo que no existan todos aquellos que no cuentan con comodidades, lujos, oportunidades y todo aquello que la sociedad nos ha acostumbrado a ver como riqueza.
Luego de una tarde de comentarios de desacuerdo y de exposición de puntos de vista distintos, con base, ya no en el conocimiento sino en la experiencia de cada uno de los que participaba de la discusión, me tocó aclarar un poco mejor mi punto de vista y explicarlo de una forma más entendible, debido a que no había trasmitido adecuadamente lo que pensaba al respecto, y obviamente no puedo dejarte ir con esa idea, no quiero que dejes este post pensando que si pudiera sería un villano estilo Thanos por nombrar alguno, así que, si me permites me gustaría aclarar el punto.

Como dije anteriormente, la pobreza es un estado mental, no físico, también hablé de capacidades, Dios a todos nos dio capacidades para ser personas llenas de éxito en lo que decidamos hacer, ¿Alguna vez has escuchado la frase “Si Dios permitió que tu nacieras es porque tiene un propósito contigo”?
Yo sí creo que Dios tiene un propósito para cada uno de nosotros, y partiendo de ese punto dudo que los propósitos de Dios sean normalitos, mediocres, de poca exigencia o para personas normales, si así fuera entonces estaría contradiciendo lo que nos dice en 3 Juan 1:2 que dice, “Amado, yo DESEO que TÚ seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma”.
¿Si eso es lo que desea nuestro padre celestial, tú crees que nos va a negar las capacidades para lograrlo?
Supongamos que eres el mejor jugador de futbol del mundo, y tu hijo te dice que quiere ser futbolista, ¿no le darías todo lo que pudieras para que él cumpla su sueño y así también cumpla el tuyo de verlo siendo el mejor, incluso por encima de ti? Cuanto más nuestro Dios, que desde antes de que tú y yo naciéramos, ya estaba deseando que alcanzáramos la prosperidad.
El problema es que nos empeñamos más en reforzar nuestras debilidades que en buscar nuestras fortalezas, nos empeñamos más en buscar un culpable cada vez que fracasamos que en aprender la lección, es mucho más fácil ver como los demás pueden y justificar sus triunfos con frases como “claro, es que nació en cuna de oro”, “es hijo de tal, por eso consigue todo fácil”, y a su vez nos justificamos diciendo “a mí no se me presentan esas oportunidades”, “para mí es más difícil”, y no, NO ES ASÍ, nadie esta consiente del sacrificio y el sin número de fracasos que están detrás de cada éxito, solamente el que lo vive.
Querido amigo, la vida está llena de oportunidades, algunas muy buenas, otras buenas y otras normales, y mientras mejor es la oportunidad más escondida esta, solo hay que salir con la decisión de no volver hasta encontrarla con el enfoque claro de qué es lo que queremos. Lo que fácil viene fácil se va, las cosas que tienen gran valor son aquellas que de verdad nos cuestan, y generalmente no se pagan con dinero, si pienso que los que se consideran pobres no deberían existir, es porque ellos así lo decidieron, la vida se trata de retos, de aventuras, de esfuerzos, de éxitos pero también de fracasos, de reír pero también de llorar, y si tú no estás haciendo nada de esto, si no tienes una meta, si no tienes un objetivo, si no deseas hacer algo con la intención de hacerlo cada día mejor hasta lograr ser el mejor en eso entonces tú solo estas respirando pero no quiere decir que estés vivo, si dejas de intentar hacer cosas, emprender proyectos, iniciar un negocio por miedo al fracaso, entonces solo estas respirando.
El fracaso está permitido en la vida, no está mal fracasar, no está mal caerse, lo que está mal es no aprender del fracaso para volverlo a intentar sin cometer el mismo error, no está permitido quedarse en el piso y no levantarse por miedo a volver a él, el suelo solo tiene 2 funciones, la primera te da estabilidad y confort y la segunda es servir de base para impulsarte hacia arriba, y solo hay 2 tipos de personas, los que se quedan en el suelo tranquilos para no caerse o aquellos que día a día se impulsan para saltar cada vez más alto hasta lograr su objetivo, ¿Cuál de ellas quieres ser?
No tengas miedo de salir al mundo y comértelo, en el mundo hay mucha comida y de todo tipo, pero, ¿sales tú con el hambre necesaria para comer? Si no es así, ¿qué estas esperando para comenzar a generar esa hambre que necesitas para comerte el mundo?
En una lejana sabana africana, andaba perdido un león. Llevaba más de 20 días alejado de su territorio y la sed y el hambre lo consumían. Por suerte, encontró un lago de agua fresca y cristalina. Rápido, corrió veloz a beber de ella para así paliar su sed y salvar su vida. Al acercarse, vio su rostro reflejado en esa agua calmada. ¡Vaya! El lago pertenece a otro león pensó, y aterrorizado, huyó sin llegar a beber. La sed cada vez era mayor y él sabía que de no beber moriría. A la mañana siguiente, armado de valor se acercó de nuevo al lago. Pero igual al día anterior, vio su rostro reflejado y preso del pánico, retrocedió sin beber. Y así pasaron los días con el mismo resultado, por fin, en uno de esos días comprendió que sería el último si no se enfrentaba a su rival. Tomo finalmente la decisión de beber agua del lago pasara lo que pasara, se acercó con decisión al lago, nada le importaba ya, metió la cabeza para beber, y su rival, aquel temido león ¡desapareció!.
La gran mayoría de nuestros miedos son imaginarios y cuando nos atrevemos a enfrentarlos acaban desapareciendo, no permitas que tus pensamientos te dominen y te impidan avanzar en tus propósitos, cuando tengas dudas de hacerlo recuerda que Dios desea que seas próspero y para que lo logres te dio todas las herramientas necesarias.
Escrito por: Luis Revilla
Que buen post, me gustó nuevamente leer la historia del león temeroso. Es increíble como en nuestra mente podemos albergar todos esos miedos que son solo imaginarios. Que Dios nos permita echar a un lado todos esos miedos, esos pensamientos de temor a simples cosas que en nuestra mente creamos.